En el Perú, las personas trans no tienen garantizados sus derechos debido a que el Estado no cuenta con una ley de identidad de género promulgada como paso inequívoco al camino de provisión de políticas públicas que promuevan los derechos de las personas trans, con acento en su inclusión y legitimación; si bien la Convención Americana sobre Derechos Humanos reconoce los derechos de las personas LGBTQ2I. Además, la pandemia del COVID-19 ha acentuado severamente las brechas pre-existentes en torno a la aspiración de una vida digna. Asimismo, la agenda política de las autoridades peruanas ha colocado las iniciativas de ley en la materia, en el archivo. Por si fuera poco, los contendores a la primera magistratura del país han reafirmado una postura (ultra)conservadora.  

Karla Lino trabaja desde muy niña. A simple vista, es una mujer delgada como un lápiz, bajita, con un andar cabizbajo que la hace parecer desvalida. Su aparente fragilidad y su actitud ensimismada no hacen sospechar el tránsito agitado de su vida. Empezó cuando aún la llamaban por ese otro nombre de seis letras que prefiere no recordar. Su primer empleo fue como ayudante en la imprenta de sus padrinos. Dice que servía más ganando dinero que sentada en un salón de clases, por eso dejó el colegio en quinto de primaria. A los 14 años, tras salir de su casa en el Callao la ciudad portuaria más importante del país, tuvo que ganarse la vida en las calles, como muchas. Incluso hubo alguna época en la que fue trabajadora sexual. Tiempo más tarde aprendió estilismo, artes manuales, repostería. Ha sobrevivido a punta de curiosidad y sus ganas por aplacar el hambre. 

Oportunidades económicas. Las personas trans mejorarán su nivel de empleabilidad gracias a un perfil de habilidades, actitudes y capacidades asociadas al emprendimiento; en un ecosistema sensibilizado frente a sus necesidades. Este proyecto entrego entrenamiento en habilidades socioemocionales, habilidades productivas, manejo de herramientas digitales y marca personal; así como creación y gestión del emprendimiento. Asimismo, promovio vocería y el desarrollo de un plan que facilite la difusión de acciones comunicacionales.

Esta intervención ha coincidido con un momento de gran transcendencia puesto que, en julio de 2021, el Perú cumple doscientos años de independencia y renueva sus autoridades para el período 2021-2026, en el cual se espera abogar por políticas públicas que garanticen los derechos de las personas LGBTQ2I, con foco especial en la población trans, dada la extrema marginalización de la que es sujeto, porque se trata de personas que provienen de pueblos originarios que se ven forzadas a migrar tanto por razones económicas como de discriminación, que las desarraiga del seno familiar. Una vez en ciudades intermedias, la población trans se halla en situación de calle y se dedica al trabajo sexual, donde no pocas terminan en situación de trata. Asimismo, dentro de esta población se halla mujeres personas desplazadas por la crisis en Venezuela, donde la indocumentación es el signo preponderante. La condición socioeconómica marcada por la pobreza, tanto monetaria como multidimensional, así como de falta de término de la educación secundaria en todos los

grupos etarios, cierran las características complejas y severas de la forma como afrontan a diario las vicisitudes de la vida. De ahí la importancia de llegar con el proyecto tanto a la capital de la República, como a localidades del interior, por las brechas de desigualdad que afrontan.

Esta intervención con AHF FUND es una caja de resonancia de la actuación política de movimientos sociales, colectivos, ONG y bases comunitarias que en América Latina han conseguido avances en la política pública que protege y garantiza los derechos de las personas trans, en diálogo con las necesidades y derechos de otras expresiones de la diversidad sexual. Es requerido el esfuerzo conjunto entre múltiples actores que harán del

proyecto, una oportunidad de aprendizaje y de conexión profunda alrededor de los derechoshumanos.